Herederos

Consiguió que su pueblo rechazara seguir metido en guerras, que se negara a conquistar más tierras ajenas. Amenazó con castigar cualquier tipo de violencia con largos secuestros de libertad, torturas e incluso la muerte. Armó una cruel policía para vigilar todo brote violento y consiguió apaciguar a los suyos.

Hubo que esperar a que otra generación tomara las riendas para que se impusieran leyes que controlaran a aquella policía. Solo entonces se empezó a disfrutar de cierta paz interna.

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