Sequía

Primero se secó la madre; después el cordón umbilical; y, al final, toda la familia se dispersó, mientras él terminó por ofrecerse entre los coches que paran en los semáforos, donde hace algo de provecho por primera vez en su vida. De nada le vale señalar culpables donde no hubo más protagonista que su inocencia conformista, fruto de acomodarse en la mala educación que ofrecían las altas esferas de la sociedad donde se crio. Lo peor es que, por él, otros con peor suerte son juzgados por tan mala situación.

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