Dos caras de la misma moneda

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– Hermano, aburres. Te crees muy listo, ¿no?

– No, perdona si ofendo, es que no paro de darle vueltas a las cosas.

– Lo que pasa es que te has vuelto aburrido y sensiblón.

– Quizá. La verdad es que no tengo humor…

– Deberías bailar y reír un poco, y no comerte tanto el coco. Además, pareces un tratado de filosofía, y eso no sirve para nada.

– La filosofía no le sirve al estado o a las religiones; no les vale a los poderes establecidos. Es solo comida para mentes abiertas y golosinas para despertar a las más cerradas…

– Ya lo estás haciendo otra vez… Eres un come coco, tristón y prepotente.

– Lo siento, no era mi intención.

– «Lo siento», «perdona», «disculpa», … Bobito con ganas que te quedaste, y encima no paras de entrenar. No sé si es buen o mal camino, pero sí es aburrido. ¡Espabila, diablo!

– El diablo eres tú, que no tienes consciencia de los peligros que acechan a la humanidad o lo mal que lo estamos haciendo y cómo nos estamos cargando el planeta.

– Mira, te digo una cosa: Oí decir que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida. Del resto, la mayoría padecerán paros cardiorrespiratorios y los otros tampoco vivirán para siempre. Saca tus propias deducciones.

– Al final, eres un derrotista. Esas cifras se pueden mejorar abandonando malos hábitos y haciendo un poco de ejercicio.

– Yo solo sé que si vives para siempre le vas a amargar la vida a demasiada gente. Así que, por favor, no hagas deporte, y fuma, fuma mucho y si es posible marihuana a ver si te sale una sonrisa, aunque sea durmiendo.

– Eres un inconsciente, eres el peor virus que daña a la humanidad y no desarrolla el pensamiento; un analfabeto universal que está tan lejos de entender la vida misma, así como aportar para progreso de la especie. Los demás, para poco podemos contar contigo.

– Vale, a lo mejor, pero reparto sonrisas y alegría y me creo feliz: ¿y tú?

(Tengo que dejar de hablar con el espejo…)